Hoy hemos permitido a nuestro esclavo reunirse de nuevo con nosotras. Volderá a sentir nuestro dominio. Va a chupar nuestras botas hastadejarlas relucientes, pero hoy tenemos una sorpresa preparada para él. Aparte de las clásicas palizas que le solemos dar, entre clavarle el tacón en las manos, darle patadas…creo que va siendo hora que pase por su peor desayuno, ¡queremos que se meta la tierra en la boca! Que no se queje de nada, porque sabe muy bien que ha venido para que le sometamos a todo tipo de humillación, algo que solemos hacer cuando nos compramos unas botas nuevas. ¿Quieres ser el siguiente?